TÉCNICA

Prácticamente lo amaba y sinceramente lo intentamos,
él -honestamente- y yo -un poco menos convencida-,
nos empeñamos en mantener la relación
lo suficientemente a flote para ser -técnicamente- felices
antes de que todo se fuera directo y sin escalas hasta dos cuadras más allá del carajo.
Aprendimos a los golpes que si existe el amor
debería ser -definitivamente-
un poco menos sufrido,
más práctico,
más sincero,
menos técnico
y tal vez
no tendríamos que dar por sentado que aquello va a funcionar por simple estadística y afinidad.