8.3.07

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Ella cree que me parecía normal, por supuesto que no!, pero nadie dijo que buscara normalidad; le asusta que me le salga de las manos, así que prefiere echarme de su vida, después de un reclamo tras otro y las lágrimas y las preguntas y el qué falló y por qué no me dijiste a tiempo y en dónde estaba yo... después, mucho después y en silencio de un extremo al otro de la habitación hay un segundo. Me perdona, la comprendo y lo dejamos así, sin más explicación que mis maletas en la puerta y mi renuncia prematura a todos los planes de dulce porvenir, duele un poco, pero ya vendrán otras cosas más duras para olvidar.

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