El mundo es un lugar lleno de motivos infinitamente oscuros para sus ojos acostumbrados a la luz de las razones y la falta de dobleces, sin actuaciones dramáticas ni mentiras alevosas. Una decepción tras otra se le mueren las caras amigas y los abrazos de dar -de algodón-, las sonrisas rosadas y la esperanza -esa cosa tan dulce-... quisiera odiar pero no le alcanza la rabia -porque sabe que al final- el odio no le traerá de vuelta a los héroes caídos en falta.
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